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"LA CIENCIA DE VENDER" Sábado 06 de Septiembre Hora: 10:00 a.m. Dirigido a Vendedoras, Distribuidoras y Gerentes Ven y Comparte esta Experiencia ENTRADA LIBRE 0412-6034025 email: mujeresdenegocio@yahoo.es Dirección:ILLUSIONS COMERCIALIZACION Y VENTA, C.A Dirección (Sede): Esquina Abanico A Socorro, Edif. Inorca Piso 4 Ofic. 43 Altagracia- Caracas. Distrito Capital. Venezuela.

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LA MUJER EMPRENDEDORA




Los emprendedores y emprendedoras nacen y se hacen. El desarrollo del emprendedurismo ha demostrado en el mundo su validez como estrategia para superar la pobreza y desarrollar en plenitud a las personas y familias que participan de proyectos de este tipo.
La mujer emprendedora, caracterizada por un espíritu activo y positivo, que la lleva a asumir riesgos y compromisos, desafía al mercado y al sistema, se levanta y vuelve a empezar asumiendo los inconvenientes y fracasos como aprendizajes. Es esta mujer la que con valentía ha sabido enfrentar la crisis terrible que vivimos hacen tan pocos años.El autoempleo constituye, en muchos casos, la única oportunidad de la que disponen muchas mujeres para ganar un ingreso de subsistencia, debido a que el empleo pago se encuentra fuera de su alcance.El desarrollo de actividades emprendedoras no es fácil y vuelven a demostrar el ingenio y la capacidad de trabajo que estas mujeres, algunas como único sostén de sus familias, demuestran al sortear las múltiples dificultades que se le presentan.
Algunas de las barreras y obstáculos relativos al género pueden resumirse en:
- Barreras de rol: Se espera de ellas otro rol y no el que implica su participación en el espacio público y en el mundo de los negocios.
- Barreras sociales y culturales: Actitudes negativas hacia las mujeres que participan en negocios, falta de apoyo familiar, escasas posibilidades de movilidad.
=Barreras educacionales: la falta de preparación técnica o conocimientos insuficientes, educación incompleta y parcial, acceso limitado a la capacitación por el sin número de responsabilidades familiares.
- Barreras ocupacionales: menos oportunidades para algunos oficios y para el empleo formal.
- Barreras legales y de infraestructura: problemas de acceso al crédito, a la tierra, a servicios de apoyo, a la información.
Estas barreras, algunas de las cuales hoy van lentamente encaminadas hacia cambios que tienden a disminuirlas, tienen fuertes raíces socio-culturales, lo que supone un proceso a largo plazo, en el cual, la sociedad toda, hombres y mujeres, debemos involucrarnos y participar.Las mujeres que lideran empresas y microemprendimientos no pueden ser pensadas aisladas del contexto económico y social en el que se desenvuelven. Los valores sociales, tales como la subvaloración del rol económico de la mujer, los estereotipos basados en el sexo, el acceso limitado de las mujeres a ciertos tipos de capacitación vocacional, las políticas y la legislación, impactan considerablemente en las condiciones de la Creación, Supervivencia y Crecimiento de los emprendimientos productivos liderados por mujeres. Desde las áreas gubernamentales, en sus diferentes niveles, nacional, provincial y municipal, en conjunto con las organizaciones de la sociedad civil, se deberían ajustar las políticas de genero, desarticulando estratégicamente los compartimentos estancos, centrando los esfuerzos en socializar el poder, en cuanto a lograr un compromiso con las mujeres a quienes se representa, monitoreando acciones, revisando y decidiendo estrategias de desarrollo que tengan en cuenta las necesidades de las mujeres y sus esfuerzos por superar la pobreza, revisando leyes y prácticas administrativas, sensibilizando y capacitando permanentemente en la perspectiva de género y trabajando con una real articulación de las áreas, para que esa actitud y las acciones que devengan de las mismas, sean coherentemente sostenidas y realmente promotoras del desarrollo humano en pos de la equidad de varones y mujeres.






GERENCIANDO A LA VELOCIDAD DEL CAMBIO: ¿CÓMO DESARROLLAR HABILIDADES PARA TRIUNFAR Y PROSPERAR EN UN ESCENARIO DONDE OTRAS MUJERES FRACASAN?

Todo cambio está lleno de misterio y revelación y, al mismo tiempo, de peligro y oportunidad. Pero aquellas mujeres que se preparan para el cambio y adquieren las habilidades necesarias para conducir un proceso de transformaciones en la dirección deseada y positiva, pueden atravesar esta jungla con éxito.
El mundo en que vivimos está mostrando signos de complejidad a los cuales no pueden dar respuesta nuestros métodos tradicionales. Del mismo modo, hay mujeres que están fallando en sus intentos de adaptarse al cambio. La solución es incrementar la resiliencia en Ud. misma y en aquellas a quienes Ud. dirige, ya sean sus hijos o como gerenta de una organización. Este patrón de resiliencia lo definimos como la habilidad de demostrar al mismo tiempo fuerza y adaptabilidad al enfrentar un desorden que nos amenaza; es decir el sistema interno de orientación que las personas utilizan para reorientarse cuando pierden el rumbo como consecuencia de los vientos del cambio. ¿Somos más resilientes las mujeres que los hombres? Tal vez la misma naturaleza, que nos ha permitido la maravilla de la gestación y el parto, nos hace más flexibles, más capaces de adaptarnos y resistir los efectos devastadores del cambio. El éxito en los complejos mercados y en los turbulentos escenarios actuales exige que incorporemos una serie de habilidades a nuestro banco de recursos personales. Conducir el cambio es sólo una de esas habilidades, pero se ha transformado en el elemento crucial del liderazgo.Muchos especialistas en el tema del cambio coinciden en afirmar que las líderes que han implementado cambios exitosos en sus familias o en sus empresas, cualquiera sea el lugar donde vivan o el tamaño de la organización que dirigen, desarrollan las mismas emociones básicas, conductas y actitudes frente a la crisis que deben enfrentar. Cualquiera sea la idiosincrasia cultural de una mujer, observan que el factor más importante para conducir el cambio es dicha flexibilidad de la cual hablamos, es decir, la habilidad de absorver altos niveles de cambio desarrollando el mínimo de conductas disfuncionales. Entonces, en lugar de analizar el cambio como un hecho negativo y misterioso, nos aproximamos a él considerándolo un proceso comprensible que puede ser conducido según nuestros propios objetivos. Evitamos sentirnos víctimas del proceso de transición. Esta perspectiva promueve la confianza en nosotras mismas y la convicción que el cambio puede ser planificado y ejecutado
con inteligencia.Lo primero que debemos vencer son nuestros prejuicios frente al cambio, o las visiones míticas respecto a él. Por ejemplo: La eficiencia organizacional y la rentabilidad decrecen inevitablemente cuando una empresa inicia un proceso de cambio; Aquellos que nos ayudan a implementar los cambios son héroes, y los que se resisten son villanos; La alta dirigencia empresaria es naturalmente insensible a los problemas causados por la implementación del cambio; La mujer se adapta a los cambios mejor que el hombre y viceversa; Los empleados siempre resisten cualquier cambio que sea bueno para el negocio. Con respecto a este último mito conviene advertir que la cantidad de tiempo que una persona invierte en su trabajo y el impacto que su tarea tiene sobre su vida, transforma el lugar de trabajo en un ámbito ideal para el desarrollo de las habilidades relacionadas con la flexibilidad. Efectivamente, la empresa puede transformarse en un aula para el aprendizaje de la flexibilidad, que luego puede ser aplicada a otros aspectos de la vida personal. Para realizar esta tarea se necesitan gerentes con liderazgo efectivo, capaces de generar conductas diferentes en aquellas personas a quiénes guían. Por lo tanto, el desafío que enfrentamos no consiste sólo en determinar qué aspectos del trabajo deben hacerse de otra manera, sino demostrar cómo ejecutar las nuevas decisiones de forma que sea posible obtener el máximo beneficio. Una líder debe tener siempre presente que una decisión correcta no es suficiente para compensar una pobre implementación de la misma. Decisión y ejecución eficiente son dos caras de una misma moneda.Al mismo tiempo, las mujeres con liderazgo efectivo respetan la velocidad de cambio de las personas a quienes conducen. ¿Qué significa esto? Así como ciertas personas caminan más ligero, piensan más rápido y muestran emociones con mayor facilidad que otras, también asimilan el cambio de manera diferente. Cuando tratamos de asimilar mayores cambios de lo que nuestra velocidad óptima permite, generamos un conflicto y enfrentamos serias dificultades.Para cambiar es necesario desaprender y aprender algo nuevo; el ritmo de aprendizaje de cada persona es diferente, es lo que en educación llamamos "el tiempo de cada persona". Las organizaciones también tienen sus tiempos, cambian y aprenden más lentamente que los individuos, y la humanidad en su conjunto evoluciona a un ritmo aún más pausado. Este es el sentido de "tiempo histórico", que también es necesario analizar para comprender el cambio.Nuestras vidas son más felices y nuestro trabajo más eficiente cuando cambiamos a una velocidad que nos permite asimilar correctamente todas las transformaciones que debemos enfrentar.

Por Lic. María Adela Contrera
www.secretosenred.com
Mujer & Negocios